La primera evidencia de un sistema de adiestramiento progresivo está en los escritos de Jenofonte (435-355 a.C.) que fue el primero en considerar la monta como una ciencia o arte. Sus palabras fueron una fuente de inspiración durante el Renacimiento, en cuyo periodo los caballistas europeos comenzaron a desarrollar la monta clásica, que constituye el fundamento de la equitación moderna. Los preceptos clásicos eran por entonces patrimonio de los ejércitos -que por lo general, contaban con los jinetes más disciplinados y las mejores monturas-. Una forma temprana de doma de competición fueron los concursos del siglo XIX para los oficiales de caballería mejor entrenados.
Doma moderna
Como deporte de competición, la doma moderna implica la ejecución de una serie de movimientos de colocacción a diferentes aires o andaduras (al paso, trote y medio galope) en determinados puntos de una pista rectangular. Hay pruebas de doma adaptadas para caballos y jinetes en todas las etapas de adiestramiento, desde las más simples a nivel preliminar hasta el Grand Prix Internacional y la competición olímpica.
A cualquier nivel de doma la pericia se juzga en relación con estándares establecidos. Cada movimiento -y hay 20 en una prueba de Grand Prix que deben realizarse de memoria- se califica de 0 (fallido) a 10 (excelente). Las pruebas en los niveles más bajos se disputan en pistas de 40 x 20m, y las de nivel medio y superior en pistas de 60 x 20m. Cada una está marcada con un conjunto de letras alrededor del perímetro y hacia el centro para guiar al jinete o amazona.
Las pruebas más simples implican movimientos muy básicos. En la medida que el caballo y el jinete progresan, los movimientos requeridos se hacen más difíciles. El caballos ha de ser capaz de moverse de forma lateral tanto como hacia delante y de extender o acortar los trancos en las tres andaduras. En los niveles más altos, algunos de los movimientos más difíciles incluyen la pirueta, en la que el caballo pivota sobre un miembro posterior dando un giro completo; el passage, en el que el caballo avanza con un trote elevado y a saltos. La piaffe, un passage con muy poco movimiento hacia delante, y los cambios de pie al vuelo, en los que el caballo pasa de un medio galope a una mano a un medio galope a la otra sin pasar entre ambos a una andadura al trote. En una serie de cambios a un tiempo el caballo parece brincar a la comba.
Piaffe
La doma impone un gran esfuerzo físico y mental en los niveles superiores y el mejor tipo de caballo de caballo necesita una excelente conformación, con particular fuerza en el dorso y en los cuartos traseros, y un temperamento muy equilibrado.
A cualquier nivel, el caballo será juzgado por la regularidad y la libertad de sus andaduras, su tranquilidad y obediencia, su equilibrio y cadencia y su atención y buena predisposición a las órdenes del jinete. El jinete y la amazona se juzgan según su habilidad para conseguir estas cualidades en el caballo, y la precisión con la que describan los movimientos. En los niveles inferiores solo hay un juez colocado en el punto C, pero en las competiciones internacionales hay cinco para asegurar una evaluación justa.
Las cuatro pruebas de mayor nivel son, en orden de dificultad: el Premio San Jorge, el Intermedio I y II, y el Grand Prix, cada uno de ellos ligeramente revisado cada cuatro años.
A continuación, compartimos un vídeo de una reprise efectuada por el jinete de doma clásica Juan José Ruiz Garrido y Señorío IV en la Copa Del Rey 2014:
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