Para ver si nuestro caballo necesita protección en las extremidades debemos observar cómo se mueve y si acerca mucho las manos o los pies. En caballos jóvenes que todavía buscan su propio equilibrio, es normal que se alcancen las manos con los pies. En este caso, se debe estudiar la anatomía del caballo para constatar que tipo de protector es el más adecuado para él y para la disciplina practicada.
En el mercado existe una gran variedad de protectores fabricados en distintos materiales que no solo protegen las patas del animal de los impactos sino que ayudan a que los tendones ligamentos trabajen cómodamente.
Cada día debemos limpiar los protectores tanto de caña como de cascos para asegurar su duración y para evitar que una falta de higiene cause dermatitis en la piel del caballo o una herida. Un protector mal colocado o roto no solo deja de cumplir su función sino que, además, puede ser causa de lesión.
Tipos de protectores
- Protectores de caña: por lo general, se utilizan materiales muy resistentes para este tipo de protector, ya que su función es la de proteger la parte interna de la caña del caballo, el menudillo y los tendones de impactos que pueden sufrir con la herradura de la pata opuesta.
- Protectores de menudillo: son específicos para proteger lo menudillos de los pies del caballo. No limitan su movilidad y los protegen eficazmente cubriendo toda la articulación.
- Anillos de goma: aunque no es uno de los más conocidos, este tipo de protector tiene dos funciones muy claras. Por un lado, protege la parte de la cuartilla, propensa a golpes y rozaduras en caballos de salto -se abrocha alrededor de la corona de la extremidad más propensa a los golpes. Por el otro, evita que aparezcan cordilleras, es decir, las rozaduras que se hacen los caballos que al al acostarse presionan su herradura en el codo.
- Campanas: fabricadas en forma de campana, como su nombre indica, estas protecciones están diseñadas para proteger las manos y los pies de golpes o alcances.
- Protectores de Polo: por la velocidad y la agresividad de los movimientos de esta disciplina, los caballos necesitan recibir un especial cuidado en sus extremidades por los sobreesfuerzos a los que se someten los tendones y por los golpes que puedan sufrir durante un partido, no solo propinados por sus propias patas sino también por las de otros caballos.
- Rodilleras o protectores de corvejón: se utilizan en caballos de salto o concurso completo para proteger la articulación de la rodilla del impacto contra la barra o obstáculo a saltar.
Combinar vendas y protectores
Las vendas se utilizan muy a menudo en lugar de los protectores de trabajo. Colocando un paño bajo la venda se consigue dar mayor sujeción y protección a los tendones y ligamentos. El problema de las vendas es que se han de colocar correctamente, ya que si se sujetan demasiado flojas, terminan por deslizarse y pueden provocar un tropiezo del animal. Por el contrario, excesivamente apretadas podrían provocarle una lesión al caballo al oprimir la circulación y la movilidad.
Las vendas han de colocarse con firmeza, asegurando que toda su superficie presione por igual la extremidad, sin cortar ni reducir en modo alguno el movimiento de la articulación del caballo. Deben sujetar con libertad.
Tipos de vendas
La función principal de las vendas es la de sujetar a la vez que proteger, por lo que dependiendo del uso que les queramos dar, podremos recurrir a un tipo u otro.
- Vendas elásticas: son comunes para disciplinas como el salto o el polo, en las que la velocidad el sobreesfuerzo van ligados. Con estas vendas debemos tener especial cuidado con la presión que aplicamos en la pata en el momento de vendar, puesto que un exceso de presión cortaría la circulación sanguínea y dañaría la elasticidad y movimiento de ligamentos y tendones. Siempre es aconsejable vendar con un paño bajo venda para amortiguar la misma presión de la venda. También es aconsejable utilizar vendas anchas para repartir mejor la presión en la pata.
- Vendas polares: muy utilizadas en la doma clásica, también tienen un poco de elasticidad, pero no tanta, ya que no cuentan con goma elástica en su interior. Siempre se utilizan con un paño bajo venda. Su función es la de proteger la pata de golpes y dar sujeción a tendones y ligamentos para minimizar el sobreesfuerzo que éstos hacen en los ejercicios.
- Vendas de descanso: pueden ser de lana, punto o incluso polares. Son más anchas y su función es la de, junto el paño bajo venda muy grueso, proteger las patas del caballo durante el descanso, aportando calor y protección al mismo tiempo. También se utilizan mucho para los transportes. Permiten aliviar las paras del caballo de la presión de los viajes largos.
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